La moda masculina está de enhorabuena: ¡El pañuelo de bolsillo ha vuelto! Este complemento con más años de historia que cualquier otro que conozcamos, sigue temporada tras temporada con fuerza. A pesar de ser un complemento protagonista en Francia, Estados Unidos o Reino Unido, en España el pañuelo de bolsillo es ya todo un clásico en los eventos con más glamour, un imprescindible que aporta elegancia, a la vez que creatividad, a diferentes estilos masculinos.

Pero, ¿cuál es su historia? Según explican los expertos, el pañuelo masculino se inventó en la civilización egipcia, aunque comenzó a extenderse por primera vez en la Antigua Grecia, donde se perfumaba para mantener un buen olor. Sin embargo, fue en la Francia del siglo XV cuando se convirtió en un símbolo distintivo de la nobleza, gracias a la promulgación del denominado “Decreto del Pañuelo”, el cual impuso que el pañuelo de bolsillo fuera cuadrado y de un tamaño estándar.

Sea cual sea su historia, los pañuelos de bolsillo han resurgido de sus cenizas, se han convertido en el mejor toque que puede tener un traje oscuro, esmoquin o chaqué. Sin embargo, su uso se extiende hasta los looks más informales, con blazer o vaqueros.

 

Así son los pañuelos de bolsillo que están de moda

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tamaño de los pañuelos de bolsillo siempre debe oscilar entre los 30 y 45 centímetros, y nunca deben sobresalir más de dos o tres centímetros de la americana. Por el contrario, hay libertad en la forma de doblarlo, donde hay un amplio abanico de formas que pueden quedar muy bien.

Los pañuelos doblados informalmente son los que suelen llevarse. Son muy recurrentes en el caso de vestir con una americana sin corbata, y en general con outfit informales. En cambio, el pañuelo recto es el más formal y clásico, con el que se empieza a optar por este tipo de complemento de moda.

Sin embargo, puedes ir un paso más allá con el pañuelo doblado con un solo pico o con dos, ambos muy originales. El primer tipo se dobla a la mitad, uniendo las esquinas opuestas y formando un triángulo, mientras que el pañuelo de dos picos se dobla por las puntas opuestas.

El ganador y más atrevido, es el pañuelo de tres picos, cuyo proceso de preparación es similar a los anteriores, solo con la diferencia de añadir un pico más cuando ya se tengan los dos primeros.